lunes, 30 de noviembre de 2015

LA COSECHA DE LA ACEITUNA EN MANCHA ALTA DE TOLEDO

Las últimas semanas del año natural son un momento muy especial para el olivar. Llega la hora de la cosecha. Como sucede con otros cultivos, en función de la zona y de las condiciones que presente el fruto, se realiza antes o después.

Con la entrada del otoño llega la cosecha de la aceituna.

En Mancha Alta de Toledo, una comarca cuyos límites son la Mesa de Ocaña (norte), la Mancha de Ciudad Real (sur), los Montes de Toledo (oeste) y La Mancha de Cuenca (este), la actividad es ya muy intensa y los resultados que se esperan son francamente buenos. “Este año viene una buena cosecha”, cuenta Alejandro Hernández Gómez, un joven agricultor de Camuñas, población toledana de apenas 2.000 habitantes censados y cuya economía gira básicamente alrededor del sector agrícola. “Debido a las altas temperaturas, el fruto apenas ha cogido enfermedades, por lo cual viene muy sano”, prosigue Alejandro, aunque advierte que la escasez de lluvias puede afectar al volumen de producción en las zonas de secano.


Alejandro Hernández.

En esta primera parte de la cosecha, este agricultor ha alcanzado rendimientos de entre 19 y 22. Según nos cuenta, los olivos de tres pies han dado unos 40 kg y los de 1 pie sobre los 25/30 kg, siempre en regadío. “Aún quedan unas semanas intensas por delante y ojalá que sigan estos buenos resultados”, confía Alejandro.

"Este año viene una buena cosecha"

Las aceitunas recogidas se destinan una parte al consumo directo en mesa y otra parte se utiliza para producir lo que se conoce en la zona como el ‘oro líquido’: el aceite. No en vano, en Castilla-La Mancha existen hasta cuatro Denominaciones de Origen, una de ellas la D.O. Montes de Toledo, que es necesariamente virgen extra, con una acidez máxima de 0,7º, y se obtiene exclusivamente de aceitunas de la variedad cornicabra. Lo ideal es realizar la cosecha a bajas temperaturas y de forma manual, para preservar intactos el sabor y aroma.

La calidad determina su destino.

Eso es la teoría. Luego  la realidad dice que la temperatura ambiental, al ser un factor externo incontrolable, resulta cada vez más alta, mientras que la mecanización también tiene su presencia. Además, depende en parte también del tipo de plantación de olivar: tradicional, intensivo o superintensivo (en seto).

En la cosecha se utilizan distintos tipos de máquinas
El propio Alejandro explica que utiliza el conocido como ‘maquinillo’ de gancho y un vareador de la marca Pellenc, que lo califica como “una maravilla”. Eso sí, subraya también que “no hay que olvidarse de las varas de toda la vida (pértigas, que pueden alcanzar hasta los 4 metros) y los lienzos en los que cae y movemos la aceituna”.


Alejandro Hernández Gómez (15 años) es estudiante de la ESO. Su objetivo es, “como mínimo”, dice, conseguir el título de Grado Medio de Técnico de Producción Agropecuaria, y no descarta a continuación completar una Ingeniería. Todo ello sin menoscabo de hacer otros cursos específicos, “como alguno sobre fitosanitarios”. Combina sus estudios con el trabajo en el campo, donde ayuda en las explotaciones familiares a su abuelo y sus tíos en la zona de su pueblo de Camuñas (Toledo). Allí cultivan mayoritariamente viñedo y olivar, pero también cereales, productos hortícolas, azafrán y, por supuesto, almendro, con el que ya superan en número de árboles a los olivos, aunque de momento no obtienen tanta producción.

Fotos cortesía de Alejandro Hernández (Agrijoven)

1 comentario:

  1. Buena entrada, enhorabuena.
    ¿40 kg/olivo?.... yo no voy a pasar de 20 de media pues tengo la producción muy desigual.

    ResponderEliminar