jueves, 31 de agosto de 2017

NUEVO RUMBO PROFESIONAL*

*(Este es un blog que pretende ser un espacio de encuentro para diferentes agentes relacionados con el sector agrícola, pero quiero utilizarlo también para ofrecer una información que, aunque de carácter personal, también puede ser de interés para algun@s de sus seguidor@s). Permitidme, por una vez, la licencia…

Me incorporo al equipo de Interempresas Media. Agradezco, muy especialmente a David Pozo, el interés mostrado y confío en saber responder a las expectativas. Pondré todo de mi parte.

Se trata de un proyecto atrayente, al que volcaré mis conocimientos y experiencia, con la máxima ilusión para afrontar las exigencias de la información técnica adaptada a los tiempos actuales.

Tengo claro que está oportunidad profesional que se me abre no habría sido posible sin las casi dos décadas vividas en la anterior empresa editora, que viví prácticamente desde su fundación y donde he participado de la creación y posterior expansión de cabeceras como Agriworld, para el mercado brasileño, y sobre todo AgroTécnica, en España y Europa.

20 años dan para mucho y en ese periodo he tenido ocasión de compartir trabajo con compañer@s, algun@s de l@s cuales cuento entre mis amig@s, ya sea en el ámbito periodístico o empresarial.

Por todo ello, afronto un punto de inflexión en mi trayectoria profesional, que también repercute a escala personal. El reto es ambicioso e, insisto, ilusionante. Y trabajaré, como he hecho hasta ahora, fiel a mis principios de seriedad, honestidad y veracidad.

¡Nos vemos en el Campo! Ahora con la “camiseta” de INTEREMPRESAS.

viernes, 19 de mayo de 2017

LA POLTRONA ES MÁS CÓMODA QUE EL CAMPO

La celebración de Demoagro, la gran feria en campo multi-marca celebrada del 9 al 11 de mayo en San Clemente (Cuenca), me ha llevado a hacer un pequeño análisis de la situación actual en España del sector de la mecanización agrícola, más allá de si un evento de estas características es viable en su formato actual, lo cual deberá ser abordado por las propias empresas expositoras en el marco de ANSEMAT, la asociación que organiza la muestra.

700 máquinas y un centenar de marcas participaron en Demoagro 2017.

Yo quiero poner el foco esta vez en la (des)atención demostrada por las autoridades nacionales ante una cita de esta magnitud. Ningún alto cargo de ninguno de los Ministerios relacionados con el agronegocio tuvo el detalle de acudir y conocer en primera persona, sobre el terreno, la problemática de un sector muy castigado en los últimos tiempos. La agricultura no son solo agricultores, hay otros muchos agentes también involucrados que merecen la atención de las autoridades.

De un tiempo a esta parte, los fabricantes están sufriendo los efectos de una durísima normativa de emisiones, que para 2021 puede acabar convirtiendo los motores en casi elementos de purificación de aire. Esto tiene un coste, ¿quién lo asume?

Preguntas de este tipo son las que podrían haber escuchado las autoridades en una hipotética visita a Demoagro. Como también habrían escuchado opiniones sobre la ‘Directiva de seguridad’, el nuevo reglamento que obliga a renovar y homologar otra vez todo lo que se vende antes del 1 de enero de 2018.

Esto, como es lógico, deriva en procesos intensos de renovación de catálogos, lo que dificulta la regulación de inventarios para fabricantes y concesionarios, que en ocasiones auto-matriculan unidades para cumplir con el requisito legal de puesta en el mercado. Dicho de otra forma: las cifras oficiales de ventas de tractores difícilmente muestran la evolución “real” del mercado.

Hay fabricantes que reclaman medidas transitorias más flexibles que provoquen un impacto menor. Otra pregunta incómoda, de la que es más cómodo huir.

Por otro lado, la nueva homologación de máquinas necesita de laboratorios con capacidad para hacer los ensayos pertinentes. El único disponible en España tiene una gran lista de espera y, según algunas marcas, con tarifas muy elevadas. Las grandes multinacionales encuentran soluciones en otros países, pero ¿y el fabricante nacional?

Y aquí entra otro actor en escena: el usado. En tractores, por cada unidad nueva que llega al campo se producen tres cambios de titularidad. Es decir, 3 a 1, una diferencia que no se ha reducido en los últimos años, demostrando la inutilidad de los planes de ayudas, al menos en la forma como se establecieron. Otro tema que también podría haberse analizado en un marco como Demoagro.

Algunas propuestas lanzadas desde el sector, ajustadas a la realidad del mercado, se han topado con el entramado administrativo que, lejos de facilitar la búsqueda de soluciones factibles, acaba entorpeciendo o incluso bloqueando su puesta en marcha.

Agricultura/Medio Ambiente, Industria, Exteriores, Economía, Hacienda. ¡Qué maravilla: cuántos ministerios y departamentos pendientes del campo! Pero nadie de sus altos mandos tuvo el detalle de pisar la tierra junto a los profesionales del sector: fabricantes, vendedores y usuarios.

lunes, 27 de febrero de 2017

¿TIENEN FUTURO LOS TRACTORISTAS?

NHDrive: Tractor autónomo que permite también realizar operaciones
de conducción convencional.
A finales de 2016, CNH Industrial (New Holland/Case IH) presentó en público un concepto de tractor autónomo que permite utilizar, monitorizar y controlar los vehículos de manera completamente remota.

El objetivo, según la empresa, es ayudar a agricultores y empresas agrarias a aumentar la productividad de forma sostenible, aprovechando al máximo las condiciones climáticas y del suelo, así como la mano de obra disponible.

Más recientemente, Kubota organizó en Kyoto (Japón) una presentación en estático y demostración en campo de una serie de equipos agrícolas que está desarrollando para trabajar de forma autónoma, es decir, sin necesidad de operador. Además, ha puesto en marcha una ‘Explotación Piloto’ con el objetivo -dice- de alcanzar una mayor precisión y menores costes a través del uso de sistemas de posicionamiento global (GPS).
Kubota trabaja en la extensión de la tecnología autónoma
a otro tipo de máquinas, no solo tractores.


Kubota trabaja para la pronta aplicación de su tecnología autónoma, vinculada con la maquinaria agrícola mediante los ‘Sistemas Inteligentes’ de Kubota Agri Systems (KSAS, por sus siglas en inglés), empresa especializada en este tipo de soluciones con la que ha establecido un acuerdo de colaboración. Mientras continúa con el desarrollo de su tecnología original en estas y otras áreas, el gigante japonés quiere expandir rápidamente su línea de GPS en maquinaria agrícola.

Esto de que los tractores puedan trabajar sin necesidad de conductor no es una moda actual. Los primeros pasos se dieron hace varias décadas y a finales del siglo pasado se puso en marcha el proyecto ‘Demeter’, que utilizaba una cosechadora de forraje New Holland y demostraba que el tractor autónomo podía ser una realidad. Repito: "podía".

¿Y puede? He citado los casos de CNH Industrial y Kubota porque los han hecho públicos recientemente, pero me consta que otros fabricantes trabajan en proyectos similares desde hace años.

Con esta entrada no pretendo analizar, ni siquiera exponer, desde un punto de vista técnico las diferentes alternativas. Tan solo me planteo la necesidad de este tipo de tecnología y si tendrá éxito comercial, ahora que alguna marca ha anunciado su disponibilidad en el mercado en apenas tres años.

Aún es muy temprano para saberlo, pero desde luego si lo que se piensa sin más es que el tractor autónomo viene a vaciar aún más el campo, creo que se está desviando el tiro. Esas máquinas, como cualquier otra, necesitan ser manejadas por un tractorista, sentado al volante o desde un punto alejado al vehículo. Ello sin menoscabo de la correspondiente asistencia técnica, ejecutada in situ o quizá también desde la distancia (pero esta es cuestión para otra entrada futura).

Case Autonomous Magnum. Renuncia a la cabina (menos costes de producción
y mantenimiento posterior), requiere una interfaz interactiva que monitorice
las operaciones programadas.
La moda ahora es insistir en eso que se llama “agricultura inteligente”, un concepto que como tal puede sonar muy bien, pero cuyo traslado a un sector conservador, de movimientos lentos, no resulta tan fácil como algunos quieren o pretenden introducir.

Por ahora, sigo augurando un futuro esperanzador a la profesión de tractorista. Y que conste que me refiero a los mercados ‘maduros’, como Europa, Norteamérica o Australia. Porque en el resto del planeta ni siquiera creo que haya motivo al debate, porque esta tecnología tardará todavía más en llegar, si es que alguna vez llega.

Además, el tractor como tal es una herramienta para lo que su propio nombre indica: Vehículo automotor, con gran capacidad de tracción, que se emplea para arrastrar o tirar de aperos agrícolas, remolques, etc. (RAE).

La Jornada en Campo organizada en junio de 2016
por la DLG alemana reservó un espacio a la robótica en el que jóvenes universitarios mostraron los resultados
de sus trabajos.
Dicho de otra forma, un tractor, por sí solo, poco puede hacer en el campo si no trabaja acompañado de otra máquina. ¿Y esta otra máquina también puede ser autónoma? De momento, la respuesta es negativa, salvo en situaciones muy concretas que pueden programarse en determinadas circunstancias.

Y, si acaso, dentro del campo, es decir, nada de salir a una vía pública con tránsito de otros vehículos y/o peatones. Porque esta es otra: las limitaciones por cuestiones de seguridad,

Vivimos unos tiempos en los que nos hemos vuelto muy escrupulosos con esta cuestión, con elaboración de normas para reducir el número de accidentes, lo cual está muy bien... pero todo ello tiene un coste. ¿Se puede y estamos dispuestos a asumir? Yo, por ahora, no lo veo. Ni de lejos.

Por otra parte, la agricultura española, como sucede en otros países, vive un momento en el que aumentan las jubilaciones y envejece la población rural debido a la huida de los jóvenes a zonas urbanas. Esto trae consigo una externalización creciente de los servicios agrícolas, lo que da paso a la proliferación de agricultores a gran escala y empresas de servicios que generan una mayor demanda de personal a medida que expanden su capacidad operativa. Sin embargo, en ocasiones la contratación de agricultores/tractoristas experimentados y cualificados se está convirtiendo en tarea difícil.

Lo que hasta hace poco era un sistema agrícola cerrado, en el que las compras y las ventas al exterior eran mínimas, ha dado paso a otro sistema abierto, en el que los medios de producción significan costes crecientes, que deben compensarse con ventas al exterior. La tecnología ha permitido que el número de personas ocupadas en tareas agrícolas se reduzca, lo que abre la puerta a soluciones que pasan precisamente por esto: por tratar de reducir/suprimir la mano de obra.

Además de los tractores autónomos, entre los nuevos desarrollos aparecen robots para operaciones específicas en explotaciones cada vez más modernizadas capaces, incluso, de utilizar de combustibles producidos por ellas mismas o bien con potencia eléctrica, más asequible y accesible.

En cualquier caso, los tractoristas competentes pueden seguir durmiendo tranquilos. Eso sí, con un manual de actualización permanente, porque los tiempos evolucionan.