Según un estudio del New Worldwatch Institute, que analiza el crecimiento y el impacto de las subvenciones en la agricultura global, éstas tienen un reparto desigual. Solo en Asia se destina una partida superior a la de todo el resto del mundo. China llega a los 165.000 millones $, Japón (65.000 millones), Indonesia (28.000 millones) y Corea del Sur (20.000 millones).
En Europa, las ayudas se realizan a través de la llamada Política Agrícola Común (PAC), que en el año de referencia superaron los 50.000 millones $, lo que representó el 44% de todo el presupuesto de la Unión en 2011. Y esta cifra no incluye las subvenciones a los precios de la UE, que en ocasiones se mantienen artificialmente altos para dar a los agricultores un incentivo adicional al margen del consumo. Si se añade esta partida, las ayudas en la UE se elevaron a 106.000 millones $.
En América del Norte, Estados Unidos ofrece 30.000 millones, mientras que Canadá y México destinan 7.500 y 7.000 millones $, respectivamente. De los países estudiados por la OCDE, el 94% de las subvenciones se destinaron a Asia, Europa y América del Norte.
Pero, ¿qué es una "subvención"?Es un término que abarca diferentes opciones en función de la línea política de cada Administración. En común tienen todas ellas el interés de los gobiernos por intervenir en los mercados agrícolas.
Un tipo común de subsidio se llama "pagos directos", que son cantidades periódicas que se entregan a los agricultores al margen de la producción obtenida. Esta posibilidad, junto a los seguros de cosechas (utilizados en Estados Unidos), son criticadas por algunos al no considerarlas redes de seguridad para los agricultores con menos recursos.
Como se decía anteriormente, el control de los precios es otro mecanismo de subvención. Su objetivo es mantenerlos lo suficientemente altos para que sirvan de acicate a los agricultores a continuar con determinados cultivos, incluso durante períodos de sobre-producción. Esto se puede lograr mediante la imposición de un arancel o una cuota sobre las importaciones agrícolas para que los productos agrícolas extranjeros potencialmente más baratos no pueden bajar los precios internos.
Controlar -o reforzar- los precios puede ocasionar sobre-producción y exceso de oferta porque se alienta una mayor producción de un alimento específico y un menor consumo interno (ya que los consumidores tienden a comprar menos cuando suben los precios). En lugar de dejar que el exceso de oferta se desperdicie, se comercializa en el mercado internacional a precios artificialmente bajos. Dado que los agricultores subsidiados están aislados de los costos reales de la agricultura, pueden permitirse el lujo de vender a un precio más bajo que sus homólogos extranjeros menos subvencionados. Muchos países en desarrollo han argumentado que esto socava sus propios sectores agrícolas, ya que no pueden permitirse el lujo de invertir miles de millones en subsidios para superar esta desventaja .
Otros puntos destacados del Informe:
- Los denominados "pagos directos" fueron un elemento básico de la política agrícola de los EEUU desde 1996 hasta 2013. Esta partida, que ascendía a 5.000 millones, fue sustituida por un programa de seguro de cosechas subsidiado por el gobierno federal,con 9.000 millones al año.
- El apoyo a los precios constituyen casi el 70% del gasto en subvenciones en China, donde el gobierno alienta en particular el crecimiento de cultivos básicos como el arroz y el trigo.
- De acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, los países menos adelantados se volvieron rápidamente de ser exportadores netos a ser importadores. En el periodo entre 2002 y 2008 sus importaciones de alimentos saltaron de 9.000 millones a 24.000 millones $.
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