Las últimas semanas del año natural son un momento muy
especial para el
olivar. Llega la hora de la cosecha. Como sucede con otros
cultivos, en función de la zona y de las condiciones que presente el fruto, se
realiza antes o después.
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Con la entrada del otoño llega la cosecha de la aceituna. |
En Mancha Alta de Toledo, una comarca cuyos
límites son la Mesa de Ocaña
(norte), la Mancha
de
Ciudad Real (sur), los Montes de Toledo (oeste) y La Mancha de Cuenca (este), la actividad es ya
muy intensa y los resultados que se esperan son francamente buenos. “
Este año
viene una buena cosecha”, cuenta
Alejandro Hernández Gómez, un joven agricultor
de Camuñas, población toledana de apenas 2.000 habitantes censados y cuya
economía gira básicamente alrededor del sector agrícola. “
Debido a las altas
temperaturas, el fruto apenas ha cogido enfermedades, por lo cual viene muy
sano”, prosigue Alejandro, aunque advierte que la escasez de lluvias puede
afectar al volumen de producción en las zonas de secano.
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Alejandro Hernández. |
En esta primera parte de la cosecha, este agricultor ha
alcanzado rendimientos de entre 19 y 22. Según nos cuenta, los olivos de tres
pies han dado unos 40 kg y los de 1 pie sobre los 25/30 kg, siempre en regadío.
“
Aún quedan unas semanas intensas por delante y ojalá que sigan estos buenos
resultados”, confía Alejandro.
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"Este año viene una buena cosecha" |
Las aceitunas recogidas se destinan una parte al consumo
directo en mesa y otra parte se utiliza para producir lo que se conoce en la
zona como el ‘
oro líquido’: el aceite. No en vano, en Castilla-La Mancha
existen hasta cuatro Denominaciones de Origen, una de ellas la
D.O. Montes de Toledo,
que es necesariamente virgen extra, con una acidez máxima de 0,7º, y se obtiene
exclusivamente de aceitunas de la variedad cornicabra. Lo ideal es realizar la
cosecha a bajas temperaturas y de forma manual, para preservar intactos el
sabor y aroma.
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La calidad determina su destino. |
Eso es la teoría. Luego
la realidad dice que la temperatura ambiental, al ser un factor externo
incontrolable, resulta cada vez más alta, mientras que la mecanización también
tiene su presencia. Además, depende en parte también del tipo de plantación de
olivar: tradicional, intensivo o superintensivo (en seto).
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En la cosecha se utilizan distintos tipos de máquinas |
El propio
Alejandro explica que utiliza el conocido como ‘maquinillo’
de gancho y un vareador de la marca Pellenc, que lo califica como “
una
maravilla”. Eso sí, subraya también que “
no hay que olvidarse de las varas de
toda la vida (pértigas, que pueden alcanzar hasta los 4 metros) y los lienzos
en los que cae y movemos la aceituna”.
Alejandro Hernández Gómez (15 años) es estudiante de la ESO.
Su objetivo es, “como mínimo”, dice, conseguir el título de Grado Medio de Técnico
de Producción Agropecuaria, y no descarta a continuación completar una Ingeniería.
Todo ello sin menoscabo de hacer otros cursos específicos, “como alguno sobre
fitosanitarios”. Combina sus estudios con el trabajo en el campo, donde
ayuda en las explotaciones familiares a su abuelo y sus tíos en la zona de su pueblo de Camuñas (Toledo).
Allí cultivan mayoritariamente viñedo y olivar, pero también cereales,
productos hortícolas, azafrán y, por supuesto, almendro, con el que ya superan
en número de árboles a los olivos, aunque de momento no obtienen tanta
producción.
Fotos cortesía de Alejandro Hernández (Agrijoven)
Buena entrada, enhorabuena.
ResponderEliminar¿40 kg/olivo?.... yo no voy a pasar de 20 de media pues tengo la producción muy desigual.