Laboreo ha echado el cierre. Una de las cabeceras con mayor
solera del sector editorial vinculada a la mecanización agrícola en España ya es historia.
Se ha producido de repente, sorprendiendo a propios y
extraños, incluidos los trabajadores, que no esperaban una decisión tan brusca
y sin vuelta atrás. Para ellos, toda mi solidaridad y apoyo en estos momentos
tan complicados.
No voy a entrar a enjuiciar los motivos que han llevado a la
propiedad a poner punto y final a un proyecto que acababa de cumplir los 45
años de vida. Prefiero abrir los ojos y, apelando al refranero español, pensar
aquello de “si las barbas del vecino ves pelar…”.
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Algunos de los últimos ejemplares de la revista desaparecida. |
Y “ponerlas a remojar” supone mantenerse actualizado,
capacitado y dispuesto a ofrecer a los lectores, empresas y sector en general
un producto –información u opinión– que suponga un valor añadido para el
receptor. Cuando deja de serlo, vienen los problemas. El nombre y los años de
experiencia deben ser los mejores avales para afrontar proyectos de futuro
renovados, ilusionantes, alejados de posiciones acomodadas. Porque el mercado
está vivo y termina colocando a cada uno en su sitio.
La crisis económica que sufre España desde hace años ha
afectado a prácticamente todos los sectores de actividad. Uno de los que más
sufre es el de los medios de comunicación. Basta con echar un vistazo a lo
sucedido en los grandes grupos multimedia, con reducciones de plantillas,
fusiones, reajustes de contenidos… De ahí hacia abajo, transitando por una
delgada línea al borde del precipicio.
Probablemente, en este punto seréis muchos los lectores que
estéis pensando en las herramientas digitales como origen y desencadenante de esta
revolución que se está llevando tantos medios y puestos de trabajo por delante.
Pero, aunque puedan ser los medios quienes la provocan, los problemas llegan
por la falta de adaptación.
La brusca caída de los periódicos de papel es un hecho. Muchos
consumidores de información la buscan en dispositivos móviles. Pero, ¿de qué
información hablamos? Un suceso, un resultado deportivo, un contenido
multimedia… Realmente, si demandamos un contenido técnico específico, que
requiere una consulta y lectura detenidas, amén de su posterior archivo, ¿también se apela
a medios digitales? Esto todavía no lo tengo tan claro. Por eso, a la considerada
como ‘prensa técnica’ le auguro un futuro esperanzador, no sin superar momentos
de zozobra. Eso sí, permanentemente actualizada y tomando nota de los errores.
No puedo estar más de acuerdo con el análisis que has hecho, en todo, estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarLástima, mucha, por Laboreo (aprendí lo que era la "agricultura comercial" con esta revista)
Tampoco se encontrar la razón de la caída del "papel". Yo soy del "papel" pero es cierto que ya nunca hago "cola" en los kioskos. También te doy la razón en que el papel es ideal cuando se busca un contenido específico, de calidad, contrastado.
"Agricultura comercial": una definición acertada que da para pensar...
ResponderEliminarGracias por tu aportación, Helio.
Un análisis muy certero y objetivo, Ángel. Renovarse o morir, está claro.
ResponderEliminarCuando a un cuerpo se le va el Alma; vaga como um zombi; como un ave sin cabeza, da tumbos hasta que la falta de fluído le hace caer inerte.... todo es asi de sencillo. Y a ese cuerpo su Alma se le fue hace años .
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