jueves, 8 de mayo de 2014

EL FÚTBOL INVADE BRASIL

Nada más lejos de mi intención que dedicar una entrada de este blog al bautizado como ‘deporte rey’, también llamado de otras formas por sus detractores, lo cual prefiero obviar para no hacerme eco de expresiones peyorativas. Allá cada cual con sus aficiones.

Niños juegan al fútbol en una de las calles de Agrishow.
Viene esto a colación de mi estancia en Brasil, donde acudo, por quinta vez, aprovechando la celebración de una de las grandes ferias en campo que se celebran en el país, llamada Agrishow, que se desarrolló entre el 28 de abril y el 2 de mayo a pocos kilómetros de la ciudad de Ribeirao Preto (población que se acerca paulatinamente a los dos millones de habitantes), en el enorme estado de Sao Paulo.

Apelando al tópico, admitiré que el fútbol es algo más que un deporte en Brasil. No es casualidad que muchos de los grandes jugadores procedan de este país, donde se puede encontrar un grupo de niños de apenas 10 años pateando, descalzos, un balón deshilachado, en un terreno de desecho entre los rascacielos de Sao Paulo.

Pero este año es especial. En junio arrancará el Mundial y las semanas previas son de auténtica pasión. Todo gira en torno al fútbol. Incluso una feria de marcado acento profesional, como es Agrishow, constituyó un escaparate del que será el gran acontecimiento deportivo de 2014 a escala global.

Lo curioso es que, después de toda la pompa que se ha dado al evento, una gran parte de la población brasileña no muestra satisfacción con la organización. Es mucho el dinero invertido y el retorno no lo ve claro. Los detractores consideran que existen otras prioridades de tipo social donde serían mejor recibidos los centenares de miles de millones de reales puestos sobre el terreno de juego.

domingo, 4 de mayo de 2014

¿SON NECESARIAS LAS SUBVENCIONES PARA LA ADQUISICIÓN DE MAQUINARIA?

- Las ventas de tractores nuevos rompen los pronósticos al crecer un 55% en marzo y un 27% en el primer trimestre


- El ya aprobado Plan PIMA-Tierra, cuyas ayudarán comenzarán a tramitarse en mayo, no impide que las ventas se disparen


Durante la última FIMA, a raíz de la visita del ministro Arias Cañete, se confirmó la puesta en marcha de un programa de ayudas para la adquisición de tractores nuevos. La noticia parecía, y parece, muy positiva para un mercado que acumula una caída superior al 50% desde 2007. Pero precisamente en el momento que se tuvo conocimiento del citado programa, desde las propias empresas vendedoras y la asociación que las engloba, ANSEMAT, se advirtió de un efecto negativo que podía tener su anuncio: creían que las operaciones de venta podían congelarse, lo que supondría una ralentización del mercado. Así que, como la noticia estaba lanzada, optaron por trabajar intensamente con el Ministerio para que el Plan PIMA-Tierra entrara en vigor lo antes posible.

Pues ni una cosa ni la otra. Por un lado, el mercado ha hecho caso omiso al anuncio de futuras ayudas y ha mantenido la tendencia positiva iniciada en los últimos meses de 2013, con un espectacular crecimiento de un 55% (¡!) en el número de inscripciones registradas en marzo, que dan como resultado un avance superior al 27% en el primer trimestre. Y, por otro, el Plan mantiene un lento proceso en su trámite de puesta en marcha debido a diferentes cuestiones, algunas de ellas relacionadas con el cambio de titular en el Ministerio, especialmente el dilatado periodo de tránsito desde el anuncio de la salida de Arias Cañete hasta la confirmación de su sustituta.

Lo importante es que los pronósticos, afortunadamente, han sido erróneos. Entonces, si el mercado es capaz de tirar con fuerza por sí mismo, ¿son necesarias las subvenciones y los programas de fomento de adquisición de maquinaria nueva? Es la pregunta que, probablemente, se haya hecho alguno de los responsables del PIMA-Tierra. Y no tiene una respuesta única, sino puras especulaciones. Fueron varias las marcas que anunciaron en FIMA un fuerte crecimiento de su cartera de pedidos para los próximos meses, augurio inequívoco de por dónde irían las ventas en el primer tramo del año. 

A pesar de ello, también los había más escépticos, o llamémosles precavidos, que no terminaban de ver clara la recuperación de las ventas. Podía tratarse –pensaban– únicamente de un final de año positivo motivado por los conocidos ‘apoyos’ ofrecidos por algunas marcas a la búsqueda de alcanzar objetivos, seguido del también conocido ‘efecto FIMA’, cuyos cinco días se convierten en una fiesta. En la edición de 2014 incluso para las ventas, pues no fueron pocos los expositores que cerraron operaciones en el stand, algo que se había perdido en los últimos tiempos.